martes, 16 de noviembre de 2010

La xenofobia irresponsable y la bola de nieve.

Los políticos se han acostumbrado a mentir, exagerar y hacer lo que sea necesario para recoger votos allí donde no debería cogerlos nadie, esto es especialidad (aunque no coto privado) de la derecha. Las estrategias y los políticos más irresponsables se han acostumbrado a que mentir cuando se está en campaña, o simplemente en la oposición sale gratis. Porque luego siempre se pueden echar las culpas a la situación coyuntural, a las emergencias o una escala de prioridades salidas de dios (FSM) sabe donde.

De hecho, se han acostumbrado tanto que han terminado por perder la perspectiva, y el norte, metiéndose en unos jardines abonados de la más miserable mierda que pueda producir la mente humana, los extremismos asociales. También piensan que esto se olvida una vez llegados al poder, emplean las estrategias más maquiavélicas que tienen a mano, con el convencimiento de que todo vale para llegar a gobernar y que cuando ellos estén todo irá como la seda, la economía irá sobre ruedas y todo el mundo pensará más en el coche más potente o la casa en la playa y se dejará de gaitas. Cuando hablo de xenofobia no hablo solo de racismo, sino por ejemplo también de las últimas declaraciones de Puigcercós diciendo que en Andalucía no paga impuestos ni dios.


Hay un fenómeno muy estudiado por lo psicólogos de lo social, y es la capacidad de influencia del grupo. Se toma como tendencia general que la mayoría del grupo de iguales y las figuras a las que se otorga autoridad tienen mayor capacidad de influencia sobre las personas (Ver experimento Milgram). Esto se puede ver en películas como el experimento, por cierto basada en un experimento real. No obstante también se ha estudiado mucho la inversa, el como posiciones marginales consiguen llegar a ser las predominantes.

Dentro de los estudios de como las posiciones marginales dentro de un grupo se llegan a convertir en predominantes, los estudiosos del tema han podido determinar una serie de variables que provocan este cambio. Además de las obvias que indican que debe haber una firmeza, coherencia y cierta flexibilidad de los argumentos, hay dos que nos deberían preocupar y mucho sobre la actual actitud de ciertos políticos y formaciones políticas que los respaldan. La xenofobia, al menos en su variante más peligrosa y radicalizada en nuestra sociedad no es un pensamiento dominante, hay que tener en cuenta que cuando hablamos de ideas, actitudes y valores no nos referimos a variables dicotómicas del tipo verdadero-falso. Estan se situan en una escala, la mayor parte de la personas se situarán hacia la mitad según predice la campana de Gauss.

Por un lado, tenemos como factor importante que la persona que emite el mensaje esté revestida de cierta autoridad, los políticos lo suelen estar (para sus seguidores). Con lo cual están más cerca de empujar la balanza hacia posiciones más radicales de las que en principio tienen por si mismos y por la sociedad en la que viven. El segundo y que no tienen en absoluto en cuenta en es el "Efecto bola de nieve", pongámoslo auna escala más pequeña para facilitar la explicación. En un grupo de unas veinte personas hay una idea que es la que tiene la mayoría, pongamos que hay unas 5 personas que opinan lo contrario, si esas personas consiguen convencer una persona solamente más, la siguiente será más fácilmente maleable en cuanto a esta idea, siguiendo exponencialmente este efecto hasta que la idea es la mayoritaria.

Cuando un político emplea la xenofobia para logar cuotas de poder, no pondera que estas ideas que ha ido repartiendo no se van a olvidar cuando lleguen a su ansiada meta, si no que van a permanecer, y van a ir creciendo paulatinamente. De esta forma cada vez que un político más o menos conocido emite una opinión de este tipo, está poniendo en marcha una cadena de cambios que no puede controlar. Este reforzamiento de ideas es realmente mucho más peligroso de lo que se pueda pensar a priori por tanto.

Ante estas actitudes solo cabe el rechazo frontal y directo por el resto de los políticos y de las personas que componen la sociedad, y el motivo por el que creo firmemente que este tipo de declaraciones deberían tener consecuencias legales serias para los políticos o cargos públicos que les den publicidad. Y no debería ser una simple multa que pague el partido, sino la inhabilitación por un largo periodo de tiempo. Que se aplique la ley partidos no solo a los de siempre.

1 comentario:

  1. Hola, esta muy bien el post, yo además añadiria el hecho casi axiomático que hace que cualquier "persona" deshonesta es capaz de hacer lo que sea con tal de tener o mantener el poder, no solo los políticos, pasamos también a sindicalitas, empresarios, trabajadores de cargo elevado dentro de una empresa, chonis...etc.
    Este tipo de personas o bien viven en soledad o bien esta muy "acompañados", eso si por buenas personas precisamente no o al menos no por personas con honor.

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