viernes, 20 de marzo de 2009

La vergüenza del miedo en la clase trabajadora

Cerraron el foro donde los trabajadores de mi empresa opinábamos, accedíamos a información extraoficial, y nos comunicábamos organizándonos. La respuesta no se ha hecho esperar, se ha abierto otro foro, pero ahora la gente tiene miedo. Miedo a decir lo que piensa, o siquiera a pedir un cambio de turno con un compañero, miedo a que puedan rastrearle y que tenga consecuencias. Miedo irracional del que se aprovechan las empresas para ir recortándonos derechos. Estamos tirando por la borda los derechos adquiridos desde la revolución industrial, por miedo. Hemos perdido la noción de ser la clase trabajadora, porque todo el mundo se ve como clase media(alta). Nadie quiere perder su (¿cómoda?) posición y para ello traga con lo que sea. Estamos, todos, implicados. Es culpa y responsabilidad de todos revertir esta situación. Tenemos que dar un puñetazo en la mesa y no tener miedo a lo que venga después, que no será peor que a donde nos encaminan nuestros actuales pasos. Si nos van a intentar joder, al menos apretemos las nalgas y pongámoslo difícil. Añado el post que he dejado en el foro para intentar animar a los compañer@s, después de observar el miedo que tienen a dejar su opinión y usar el foro. Aunque no creo que lo consiga al menos me he quedado agusto.

Si no se registran no hay forma de saber quien es quien, si cuando uno se registra da datos falsos tampoco. Esto no es ilegal, repito ESTO NO ES ILEGAL. No pueden despedir ni tomar represalias contra nadie. Porque no tienen forma de saber quien es y porque aunque lo supieran es ABSOLUTAMENTE DENUNCIABLE. El miedo siempre ha sido el arma de las empresas. En el s. XIX las empresas tenían matones para dar palizas a los trabajadores que reclamaran sus derechos. Durante la transición nuestros padres/abuelos lucharon duro para conseguir los derechos que tenemos corriendo delante de los "grises". Ahora que es nuestro turno resulta que somos unos cómodos y unos cagaos. ¿Nos da miedo que pueda saber la empresa que opinamos entre nosotros? ¿A eso hemos llegado? Si seguimos por este camino seguiremos perdiendo derechos que a nuestras generaciones anteriores les costó sangre, sudor y lágrimas conseguir. El trabajo está peor que hace 15 años y nosotros cada vez más bajamos la cabeza ante la desvergüenza de las empresas vendiendo los derechos no solo nuestros sino de nuestros hijos, de las generaciones venideras, solo por egoísmo personal. Si todos nos unimos podemos conseguir grandes cosas, valor compañeros y compañeras, valor y solidaridad entre compañeros. Por nosotros, por las generaciones que vienen detrás nuestros hijos, hermanos pequeños. No tengáis miedo a decir lo que pensáis, que no secuestren vuestra voz para secuestrar luego vuestros derechos.

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